miércoles, 30 de septiembre de 2009

Donkey Kong Country (1994)


Diseñado por: Rareware
Distribuido por: Nintendo
Género: Plataformas
Memoria: 32 Megabits

Si hablamos de los grandes retoños que han sido paridos por cesarea en esta consola, no podemos dejar fuera a uno de aquellos que está en la sempiterna lucha por el cetro a la mejor creación que haya dado a luz esta coqueta maquina. De todos sus embarazos,
Donkey Kong Country es sin discusión uno de los más acertados accidentes que pudo haber realizado el semental editor Rareware, un pololo que sabría explotar al máximo las sensuales curvas de la multinacional Nintendo. Al menos durante el tiempo en que fueron una feliz pareja. Y es porque Rare -una de las compañias más vanguardistas de los '90- nos sorprendería con un título que muchos convertirían en su favorito de todo el amplio catálogo que ofrece el Super Nintendo.

Donkey Kong es un gorila. Como Maguila, como Hugo Chávez o como King Kong. Justamente de este último se inspira para su nombre, pero con la salvedad que éste no es un monstruo como lo era aquel matón que conocimos en esa abrumadora película muda de 1933. No; éste es distinto, aunque igual un poco parecido. Recordemos que este personaje nació en 1981 como un gorila malvado que secuestró a la novia de un fontanero (Mario), argumento que Nintendo trasformaría en uno de los videojuegos de arcade más populares de los '80 titulado simplemente Donkey Kong. Después saldría la secuela: Donkey Kong Jr., donde esta vez Mario secuestra al gorila y ahora el hijo lo debe rescatar. Una mierda de historias, pero de todas formas muy divertidas de jugar.

La trama en DKC es igual de simple, apenas una justificación para dar vida a esta aventura: Donkey Kong vivía feliz y tranquilo en su propia isla paradisiaca hasta que unos kremlings, a cargo de un lagarto pirata llamado King K.Roll, le roban su reserva de platanos que tenía guardados en una cueva abajo de su casa de madera. Indignado ante tal hecho, decide salir a recuperar lo que es suyo. Listo, nada más. Con este leit motiv, Donkey junto a Diddy Kong (un chimpance, pariente suyo, que usufructuaba de la riqueza en potasio de las bananas del gorila) salen a recorrer todos los rincones del "país" en busca del tesoro birlado.

A través de selvas, bosques, montañas y varios otros parajes de la isla viajaremos
junto a Donkey y a Diddy. El primero es lento y fuerte, porque aunque salta poco y es medio discplicente en sus movientos, puede caer con más fuerza sobre enemigos y remecer el suelo con un simple sacudón de manos. El segundo es ágil y un poco menos fuerte, pues al ser un chimpancé es mucho más "elástico" y permite una jugabilidad mucho más amigable, pese a no ser tan poderoso como el gorila. En el trayecto hacia el objetivo deberán enfrentarse a los kremlings y otros animales enemigos como abejas, castores, cuervos o peces malvados. Sin embargo, también encontrarán aliados, animales amigos que los ayudarán en su tarea: Rambi (un rinoceronte), Enguarde (un pez espada), Winky (una rana), Expresso (un avestruz) y Squawks (un loro) nos permitirán usar sus habilidades para el beneficio de los primates y su objetivo.

También los auxiliarán los mismos familiares de los protagonistas: Cranky Kong (el papá de Donkey, un viejo que nos da consejos que en realidad no sirven para nada), Candy Kong (la polola de Donkey, ella grabará nuestrso avances en el juego) y Funky Kong (el primo, un surfista con una aerolínea de barril que nos permite volar gratis por la isla). Además encontrarán diferentes barriles -el objeto fetiche de este juego- que podrán usar para lanzárselos a los malos, para lanzarse como balas humanas o para revivir al compañero que ha caído en la batalla. Todas esas ayudas serán necesarias a lo largo de los 6 mundos que deberán sortear nuestros amigos antes de enfrentarse en la batalla final con el causante de todos estos males: el malvado King K. Roll.

Con un apartado gráfico que superaba todas las expectativas que un jugador promedio podía tener, Donkey Kong Country le sacaba el máximo provecho a los escasos 16 Bits de capacidad que aguanta el SNES en su hardware. El uso de gráficos 3-D pre-renderizados dotaban de un realismo de movimientos y paisajes que nadie nunca había visto en un videojuego, ni siquiera en consolas más potentes de 32 Bits que para esas fechas ya habían sido lanzadas, como el PlayStation o la Sega Saturn. Y aunque la riqueza visual era el elemento más revolucionario de este título, estaba lejos de ser el único. Una banda sonora memorable, con composiciones precisas que ambientan cada una de las escenas y que de seguro se quedarán dando vuelta en tu cabeza tras escucharla. Tampoco olvidemos el aspecto más imporante para quienes jugamos: la diversión. Los multiples secretos y bonus que debemos encontrar antes de alcanzar el 101% del juego completado nos aseguran entretención durante meses, si es que estamo dispuestos a tomar el desafio.

DKC es una obra que raya en la perfección. Si bien hay algunos aspectos que no sobresalen tanto, como la jugabilidad o los efectos de sonido, no hay casi nada que esté demás en este plataformas en 2-D con pretensiones de gigante. La apuesta de Rare fue revivir al olvidado personaje de Donkey Kong y convertirlo en una estrella. No sólo logró eso, sino regalarnos el mejor juego jamás creado en la historia hasta ese momento. Y pese a que en el futuro sería superado por muchos otros títulos e incluso por sus propias secuelas, la revolución que protagonizaron un gorila y un chimpancé marcaría un suceso que pocas veces sería tan impactante como lo fue en aquel pretérito noviembre de 1994. Al menos para nosotros.

Descarga el ROM para revivir viejos tiempos aquí:


martes, 29 de septiembre de 2009

Super Mario World (1991)


Desarrollado por: Nintendo
Distribuido por: Nintendo
Género: Plataformas
Memoria: 4 Megabits

No podiamos comenzar este blog de otra forma que no fuera con el aún increible y siempre destellante Super Mario World. Un juego al que le cortaron el cordón umbilical al mismo tiempo que lo hicieron con la flamante consola de 16 Bits. El "Super" llegaba a nuestro mundo civilizado y en vez de traer una marraqueta bajo el brazo, llevaba consigo uno de los mejores títulos no sólo de Super Nintendo, sino que de toda la historia de los videojuegos.

Como la continuación de la exitosa trilogía Super Mario Bros, aquella que había convertido a Nintendo en la compañía de videojuegos más exitosa de los '80 y a la vez impulsado a las consolas como maquinas de entretenimento hogareñas, el éxito no se dejo esperar para el primer apronte de lo que esta consola tenía para entregarnos. Y es que Super Mario World tiene todo un mundo de diversión para entregar y toda una gama de secretos por descubrir.

Pero dejemonos de vueltas y mejor vamos al juego en sí: son 96 niveles distribuidos en 7 mundos que Mario y su hermano Luigi deberan explorar para rescatar a la Princesa Toadstool que, al igual que en las anteriores entregas, fue secuestrada tras el Golpe de Estado que Bowser y sus hijos dieron al legitimamente constituido Mushroom Kingdom (o Reino Hongo, en buen chileno). Nuestro héroe (un gásfiter que arregla tuberias y vive a expensas de los priviliegios de clase de la princesa) viajará por cielo, mar y tierra para acabar con la opresión del tirano y devolver la democracia al reino. Para tan díficil empresa, Mario contará esta vez con la ayuda de Yoshi, un dinosaurio de color verde que se unirá a la causa, pues varios de sus amigos y familiares se convirtieron en detenidos desaparecidos.

Siguiendo la línea de su antecesor directo, el Super Mario Bros 3 de Nintendo, nos moveremos a través de un mapa por los 7 mundos, cada uno gobernado por uno de los hijos de Bowser (los cuales eran los jefes a derrotar en cada castillo final), y desde ahí ingresaremos a cada una de las etapas del juego, donde encontraremos enemigos, cajitas con signo de preguntas, muchas monedas, poderes, tuberias y enemigos. Nada que escape a la cotidianeidad de la vida de un gasfiter como Mario. Sin embargo, también introdujo muchos nuevos conceptos que a la larga se hicieron típicos y comunes en el género de plataformas, como el poder revisitar niveles en busca de secretos ocultos, siendo pionero en la idea de recompensar al jugador por completar el juego al 100%.

A los clásicos poderes de disparar bolas de fuego (al tomar la flor) o de invencibilidad (al tomar la estrellita y su clásica canción de inmortalidad que todos hemos tarareado alguna vez) se le suma el de poder volar por los cielos con una capa de súper héroe al tomar una plumita. Aunque en Super Mario Bros 3 ya se podía volar tomando una hojita otoñal que te convertía en un mapache que agitaba su cola para alcanzar los cielos (aunque nunca entendí cómo es que con la pura cola podía tomar impulso para elevarse), la capa amarilla te permitía planear, caer con fuerza hacia el suelo o ser el dueño de los aires. ¡Ah! Y tampoco olvidemos a Yoshi, con su capacidad de comerse a los enemigos o adquirir poderes a medida que rescatemos a algunos de sus amigos (como el Yoshi rojo que dispara fuego o el Yoshi azul que puede volar).

Al ser el primer título jamás lanzado para SNES, las expectativas para el futuro quedarían demasiado altas. Unos gráficos nunca antes vistos, una jugabilidad que era mejor incluso que las insuperables anteriores entregas y una adictividad que te mantenía pegado por horas al televisor. Si este era sólo el comienzo, de seguro muchos en los tempranos '90 pensaron que el Super Nintendo sería una consola increible. Por suerte, fueron buenos pitonisos.

Descarga el ROM y revive viejos tiempos aquí:
ROM de Super Mario World para ZSNES

La consola que cambió nuestras vidas

En 1991 la humanidad se enfrentaba a un valiente nuevo mundo. El fin de la Guerra Fría, la caida del Muro de Berlin, la invasión de Estados Unidos a Irak y el inicio de la expansión de la globalización a todo el orbe. Mientras Freddie Mercury -vocalista de Queen- fallecía de SIDA, Nirvana lanzaba el desgarrador Nevermind derrotando en ventas al todopoderoso Michael Jackson y su Dangerous. Todo un signo de los nuevos tiempos. Acá en Chile también pasaban cosas: se acababa la dictadura y comenzaba la transición, Colo-Colo ganaba la Copa Libertadores y Jaime Guzmán, uno de los políticos más influyentes de nuestro país, moría asesinado. Realmente era un valiente nuevo mundo.

Pero en ese mismo año, y ajeno a todo esto, la compañía de videojuegos más grande del planeta lanza al mercado lo que se convertiría en un verdadero hito para toda una generación de niños, de adolescentes, de jóvenes y no tan jóvenes. Ese año, el Super Nintendo Entertainment System (SNES) llega a las tiendas de América y desde ahí se aloja en millones de hogares para cambiar la vida de muchas personas alrededor del globo. Incluyendo al administador de este sitio.

Bienvenidos a La Crítica de Super Nintendo. Aquí encontraran análisis, reseñas y comentarios sobre aquellos juegos que marcaron época en la consola más popular de la década de los '90. Juegos imprescindibles, juegos buenos, juegos malos y juegos horribles. Todos tienen cabida en un blog dedicado para aquellos que hicieron del SNES uno de sus mejores amigos de la infancia.